viernes, 11 de diciembre de 2009

En nuestra sociedad, en su mayoría, existe la creencia de que la migración mejora las condiciones de vida de los migrantes. Tenemos ejemplos cercanos de familias que deciden migrar en busca de mayores oportunidades, lo cual genera la hipótesis de que se viaja a otro país para salir de la pobreza, algo que en ciertas ocasiones no resulta de manera satisfactoria.No nos quedamos en este simple ejemplo para demostrar la relación que existe entre pobreza y migración y viceversa. En todo el mundo la migración constituye por un lado un problema, y por el otro un alivio.
Los problemas originados a causa de migrantes se suelen manifestar en casos en los que la migración es forzada, quizás de una guerra interna, de etnias, una ocupación ilegal de territorios, u otros. Al hablar de “forzada” estamos diciendo que los migrantes no tienen el deseo de establecerse, sino que hablamos de la única alternativa para salir del asedio que los acongoja. No buscan trabajo: buscan hogar, un lugar para vivir, lo cual acarrea problemas a los países o ciudades que los reciben.
En tanto, la migración es un alivio para los Estados que necesitan mano de obra barata para ejercer las tareas que ellos mismos pueden hacer pero a un mayor precio. Esto conlleva a tener bastante oferta de trabajadores, como ocurre en Europa, las principales ciudades de China, Norteamérica, y muchos otros destinos.
Las migraciones internas más comunes son del campo hacia la ciudad, creando así en las zonas urbanas grandes asentamientos con muy baja calidad de vida. Generalmente se asientan en los alrededores de las ciudades.
En tanto, de un lado la migración puede ser positiva para el migrante, si es que tiene destino de trabajo, mientras que del otro es negativa si no lo tiene, además de haber sido forzado a radicarse en otro lugar ajeno al suyo.
Esta situación requiere de medidas más complejas para resolverse. Es en Naciones Unidas donde se está trabajando, con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el caso de los desplazados, o más bien migrantes forzados.
La pobreza es claramente la causa de migración más importante. De hecho, la migración internacional es un símbolo poderoso de la desigualdad global, en lo que se refiere a los salarios, las oportunidades comerciales, o estilos de vida. Millones de obreros y sus familias se mueven cada año por las fronteras y continentes, buscando reducir lo que ellos ven como el hueco entre su propia posición y la de las personas en el otro lado, en lugares más ricos.
Según la ONU, había 191 millones de trabajadores migratorios internacionales en 2005, concentrándose cada vez más en las regiones más desarrolladas del mundo. Similarmente, la migración interior dentro de los países más pobres, ya sea permanente, temporal o estacional, refleja una desigualdad real de oportunidades entre los lugares.
La pobreza no sólo se ve reflejada en los Estados receptores de migrantes, sino que también se ve en los lugares de donde estos migrantes se van buscando mejores oportunidades.
Se estima, en tanto, que “una de cada 35 personas son trabajadoras migratorias internacionales.” Este dato nos deja claro que la globalización ha impactado fuertemente en el incremento del número de migrantes por todo el mundo.
“Sólo alrededor del 3% de la población mundial son inmigrantes, pero su concentración en determinadas regiones los coloca a menudo en primer plano del cambio social. Hacia el año 2000, el 63% de los inmigrantes del mundo se encontraban en países http://www.ohchr.org

Las migraciones también incrementan el nivel de pobreza en algunas regiones, creando situaciones de habitabilidad insuficiente. “En la actualidad, casi la mitad de la población mundial vive en ciudades. No obstante, debido a la migración urbana y al rápido crecimiento de la población, la cantidad de habitantes de las urbes seguirá en aumento, desde los 3200 millones de personas actuales hasta casi 5000 millones en el año 2030. La mayor parte de dicho crecimiento se registrará en África y Asia.”
Por otro lado, si bien decimos que la pobreza es un causal de la migración, no necesariamente son los más pobres los que tienden a migrar, dado que la migración propiamente en este caso implica gastos, de dejar el lugar de origen y el desarraigo. Está claro que no todas las personas están preparadas o aptas para asumir este riesgo. Entonces podemos decir que la migración es el camino para dejar la pobreza, mientras que en otras contribuye a la extensión de la pobreza.
En tanto, en algunos casos los derechos de los trabajadores que son extranjeros suelen respetarse menos que los derechos de los trabajadores locales, lo cual implica que sean necesarias políticas migratorias más flexibles en estos casos.
Los derechos de los migrantes son escasos en algunas ocasiones, pero la situación se complica aún más al ver que los migrantes caen en estado de pobreza. Entonces, tendríamos que hablar no sólo de los derechos de los migrantes, sino también de si los migrantes pobres tienen derechos. Es lógico que los tienen, pero el deber de todo Estado es hacerlos cumplir, y no dejarlos a la intemperie.
En tanto, la problemática de la migración campo-ciudad es cada vez más creciente, dado que las herramientas que se utilizan para remediar el problema resultan inútiles, o quizás demasiado duras para frenar la migración. Por ejemplo, en África se está viviendo un éxodo importante desde el campo hacia la ciudad, mientras que los gobiernos centrales de cada país intentan frenarla, cuando en realidad no existe vuelta atrás para ello. Por lo tanto se deben compartir las buenas prácticas para crear instituciones que puedan aliviar los problemas de la urbanización.